Por Adriana Pérez Carreón.
El curso fue mucho mejor de dos días que de un día. Fue un grupo muy bueno, había mucha participación desde distintas posturas, maestras de preescolar, terapeutas, psicólogas, maestra de primaria frente a grupo, maestras de apoyo.
El curso fue mucho mejor de dos días que de un día. Fue un grupo muy bueno, había mucha participación desde distintas posturas, maestras de preescolar, terapeutas, psicólogas, maestra de primaria frente a grupo, maestras de apoyo.
Muchas de las inquietudes en las que se
enseñan las operaciones básicas, el
trabajo con regletas tienen que ver con el orden de los numerales y cómo se
distribuyen espacialmente los números; la
reflexión giró en torno a que no hay planteamientos correctos o incorrectos (6
x 2 o 2 x6) sino la posibilidad de trabajar con la sensibilidad de saber con
quien estas trabajando, con el compromiso de hacer un análisis de los
materiales como los libros de texto de matemáticas, y sobre todo con la certeza de saber usar bien las regletas,
aprender la metodología, practicar entre adultos antes de poder aplicarlas. De
nada sirve tener “recetas de cocina” de regletas, sino desarrollar esa
capacidad lúdica que permite aplicar la metodología de regletas, en diferentes niveles.
Otra aportación fue la gran riqueza que
permite la socialización en el trabajo con regletas.
Fue un gran descubrimiento ver que las
regletas a diferencia de otros materiales, permiten a los alumnos con y sin
discapacidad, aprender juntos no solo por repetición, sino también por
descubrimiento, por imitación y por razonamiento.
Las regletas no son para enseñar
matemáticas sino para que los alumnos “hagan matemáticas” y además
divirtiéndose.
Fue una experiencia importante hacer
juegos de preescolar, primaria y bases de secundaria, compartiendo distintos
puntos de vista y sobre todo, ver que es posible trabajar en la diversidad de
niveles lógico matemáticos dentro de un mismo grupo.
Comentarios
Publicar un comentario