Celine, una chica de 27 años con ganas de casarse,
como todas las de su edad, llegó a Declic cuando apenas tenía 8 años y se
escondía detrás de su mamá y a ella le pedía que respondiera todas las
preguntas que se le hacían. Se ponía muy nerviosa para hablar con una
persona nueva, se mordía las uñas, se sentía muy insegura de lo que ella podía
hacer, decir, y no sabía cómo expresar con claridad lo que pensaba o
sentía.
Casi 20 años después, invitada a la compartir su experiencia en la
escuela de padres de la Clínica Down del Instituto Nacional de
Pediatría, aquí está frente a muchos padres y madres de niños y jóvenes
con síndrome de Down que tienen dudas respecto al futuro, como todos los
padres que enfrentan esta condición. Y aquí está Celine también para
decirles quien es, que sueña, que quiere de la vida, que hace, que disfruta,
cómo aprende, que necesita.
La Celine que vemos hoy, que amamos hoy, se hizo día a día, y se sigue
haciendo, porque de aprender no terminamos nunca, en una mezcla de realidad y
sueños, y también de sentido del humor. El camino que ha recorrido es una
búsqueda de aceptación y de retos. Con cada reto, nuevos crecimientos, con cada
crisis, cada etapa de la vida, desde el preescolar hasta su inclusión laboral, algo
nuevo que enfrentar y aprender.
VIDEO.
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Conocerla tan pequeña y verla hacerse mujer ha sido todo un privilegio
que comparto con su familia, sus amigos, su novio, sus compañeros de trabajo.
¿Cómo ha logrado tanto? Es un ejercicio creo yo de inhalar y exhalar...en la
inhalación, observamos quien es, que quiere, que sueña... la abrazamos y la
arropamos como es. En la exhalación, compartimos retos, planteamos preguntas,
ponemos desafíos, le damos confianza en que puede lograr algo nuevo cada vez
que la vida se lo va pidiendo por que avanza en edad, o porque las circunstancias
lo exigen.
He visto a sus papás en esta búsqueda constante de crecimiento, desde la
aceptación y la confianza. Este camino no está exento de dudas: ¿y si le pasa
algo en el Metro por venir sola? ¿si se pierde al cambiar de estación? ¿si no
logra adaptarse a la nueva jefa? ¿si no puede aprender a manejar adecuadamente
el archivo de documentos?
En una ocasión perdió unos documentos que eran para archivar en la
oficina y se dio cuenta de su error y quería renunciar a su trabajo... le costó
mucho trabajo aceptar la diferencia entre amistad y trabajo con una compañera
que la quiso mucho cuando era pequeña y ya como adulta ella esperaba las mismas
manifestaciones de cariño en otro nuevo contexto, y su "amiga" y
compañera no estaba en la misma situación y Celine lo sentía como un
rechazo.
Hace un año en el Campamento del Taller de Vida Independiente quería
dormir en la misma tienda de campaña que el novio y no se lo permitimos por
reglas de convivencia entre amigos, y con todo tuvo que aceptar que no se
podía, la pasaron muy bien finalmente. Pero este año, ella decidió que no irá
al campamento "porque no me gustan las reglas de no poder dormir con mi
novio" y además grabó con su voz fuerte "Y soy rebelde... cuando no
sigo a los demás... etc, etc."
Su sueño es casarse, y está ahorrando para ello. Y es verdad que
requerirá aprender muchas cosas y lograr vencer muchos temores para lograrlo,
tanto ella como su novio y sus familias. Sería más fácil decir "no puedes,
no sueñes, no nos vamos a complicar la vida" y a la vez sería más difícil
dejar que Celine dejara de ser Celine.
Muchos de los retos que enfrentan nuestros alumnos con discapacidad
están en las barreras que como sociedad no vemos o no hemos querido mover. Si
las personas con discapacidad pueden casarse y vivir con el apoyo de tutores
una vida en pareja, aquí también podemos crear esos espacios. Y hacia allá
queremos avanzar.
Juntos lograremos crear más y mejores herramientas para ser y
pertenecer.
¡Gracias Celine!
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